martes, 27 de marzo de 2012

Muere Daniel Zamudio


SANTIAGO.- A las 19. 45 horas de la tarde de este martes falleció  Daniel Zamudio, joven homosexual  que sufrió una brutal golpiza propinada por un grupo de  presunta tendencia neonazi  el pasado 3 de marzo en el parque San Borja, Santiago.
La información la confirmó el director de la Posta Central, Emilio Villalón. El facultativo  comentó que "en la tarde de hoy se hizo el test de apnea  y salió positivo y desgraciadamente falleció".
“Todo nuestro equipo de salud de nuestra institución ha trabajado intensamente, entregándole todos los recursos necesarios”.
Villalón  le dio las condolencias a la familia. “Yo personalmente he estado muy preocupado de él y lamentamos este hecho porque genera una injusticia muy importante en contra de la comunidad.  Quiero darle todas las fuerzas a su familia y su padre y que Dios los acompañe".
 Desde el ataque, Zamudio estaba en estado crítico, y su condición fue empeorando con el transcurso de los días. La semana pasada sufrió un paro cardiorespiratorio.
Por su parte, el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), a través de su vocero, Jaime Parada, expresó sus condolencias a la familia de Daniel Zamudio que falleció un poco antes de las 8 de la tarde del día de hoy.
“Nuestro hermano Daniel Zamudio, es una víctima de la intolerancia, de la homofobia, del odio. Daniel para nosotros es un mártir de la comunidad de las minorías sexuales. Su único pecado es haber nacido como nació, y en esa medida nosotros queremos destacar la fortaleza de sus padres”, enfatizó Parada.
 Por este caso , una semana después  de la agresión, cuatro jóvenes fueron detenidos por personal del OS-9 de Carabineros. Se trata de  Raúl Alfonso López (25 años), Alejandro Áxel Angulo Tapia (26), Patricio Ahumada Garay (25) y Fabián Mora Mora (19), quienes  se encuentran formalizados por homicidio calificado en grado de frustrado y en prisión preventiva
Ante la muerte del joven se espera que sea recalificado el delito a homicidio calificado en grado de consumado, lo que podría aumentar las penas que arriesgan los imputados.

¿El movimiento educacional debe pasar a movimiento social?


En un foro realizado este miércoles en la Universidad Alberto Hurtado, Angello Giorgio (Presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Adolfo Ibáñez), Fernanda Sandoval (Presidenta de la federación de la Universidad Diego Portales), Patricio Órdenes (presidente de la federación de Estudiantes de la Universidad Alberto Hurtado) y Gabriel Boric (Presidente de la Federación de estudiantes de la Universidad de Chile), se dieron cita para preguntarse si el movimiento educacional realizado el año 2011 puede pasar a ser un movimiento social este 2012. 

El foro comenzó un poco más tarde de lo presupuestado y sin la presencia de Noam Titelman, Presidente de la Feuc, uno de los principales invitados, sin embargo, esto no impidió que se obtuvieran grandes conclusiones sobre el futuro del movimiento social que se debería generar este 2012, especialmente por parte del Patricio Órdenes (UAH) y Gabriel Boric (UCH). Los más acertados al señalar sus argumentos.

Angello Giorgio (UAI) fue el primero en tomar el micrófono, mencionando que los partidos políticos están desconectados de la realidad social. Que la forma de conseguir una educación de calidad en Chile es tener dinero o vivir en una buena comuna. Afirmando que es un pecado no cambiar este tipo de sistema. Una de las frases más destacables mencionadas por él fue: “Es necesario convencer al abuelo facho que la lucha es justa”. Además, Señala que las instituciones educativas te sonríen mientras te meten la mano al bolsillo. En el caso particular de su Universidad, Giorgio mencionó que la Adolfo Ibáñez subió un 6% sus aranceles, un 13% los costos del almuerzo y un 3% el de las fotocopias.

Fernanda Sandoval (UDP) tomó la palabra, señalando que su función como federación de la Portales era formar personas críticas y con síntomas de pertenencia. Como Universidad y federación buscaron crear espacios comunes para avanzar la voz y hacer críticas sobre lo que pasa, mencionando que tienen el deber de participar, forjar y crear. Uno de sus argumentos es que en Universidades es institutos no se les permite organizarse y que eso debe cambiar. En torno a la pregunta central del debate, si se puede volver este movimiento gremial un movimiento social, comentó que los estudiantes somos parte de la sociedad y como parte de ella, debemos responder a sus demandas y ejecutarlas junto a las nuestras. Este año debemos trabajar con los obreros, trabajadores, etcétera. Cerró afirmando que el gobierno de derecha es el que impide crear algo justo.

Patricio Órdenes (UAH) fue el tercero en hablar, mencionó que falta firmeza en el avance de las demandas, y considerando que lo pedido el año pasado es totalmente realizable. Señaló que losestudiantes de la Hurtado tienen todas las facultades para aportar y buscar cambios, y que también hay que dejar las demandas particulares y presentar una global para gestar un cambio este año. Todo eso concretando lo que denominó una “Agenda del movimiento Social”, porque complacer a todos los pedidos particulares es imposible. Otro punto fuerte en sus argumentos es que ya no se necesita plata en grandes cantidades, sino hacer verdaderas reformas y cambios. “Especialmente este 2012, año electoral en donde tenemos la posibilidad de influir en nuestros propios destinos”. Respecto a la pregunta si esto se puede convertir en movimiento social, señaló que el estado hizo en Chile hizo crisis, por lo que debemos evitar tener demandas particulares y organizarnos en una gran demanda, teniendo conexión y solidaridad entre todas las demandas para conseguir lo que queremos.

El presidente de la FECH fue el último en hablar, señalando que somos herederos del movimiento del 2011, del 2006 y la democratización de 1990. Afirmando además, que la educación no siempre fue como está ahora, que todo se modifica el año 1981, con el decreto número 1 de la educación pública. El que permitía crear Universidades privadas, generando una concepción sobre la educación como un bien de consumo, haciendo que el mercado genere y regule los procesos educativos. “La forma de modificar esto no es inyectar más recursos ni atacar directamente los excesos y las estafas en el sistema, sino su propia esencia”. Dejando de viabilizar las reformas que sigan dando sustento a la forma de concebir educación en Chile. “La forma de estudiar en nuestro país es el endeudamiento familiar”. Una de las frases más destacables que mencionó fue: “La concertación avanzó más en el modelo liberal que la misma dictadura, el que creó este sistema de educación subvencionada fue Jorge Arrate”. Respecto a la pregunta si debemos transformarnos en movimiento social, señaló que primero se debe madurar la forma de manifestarse, buscando cambiar las marchas y las tomas por algo más considerable. Y no ceder ningún paso ante los reformistas, no se necesita sustentar más el sistema, sino cambiarlo.

En mi opinión personal, el movimiento social es algo que ya existe, nuestras demandas han sido asumidas por el grueso de la población como ciertas, donde los mismos obreros, trabajadores y hasta algunos medios y periodistas los defienden. Nuestra agenda se trata semana a semana en los programas de política, en los medios de prensa de tal magnitud como El Mercurio y la Tercera y más de alguna vez se ha tratado nuestra educación por la misma BBC. Si asumimos demandas de otros movimientos sociales, podríamos perder el hilo del movimiento y más aún, perder la posibilidad única que tenemos este año para conseguir nuestras necesidades. Nuestro estándar es la educación gratuita y de calidad, no la regulación de las AFPs, Isapres y cosas por el estilo. Busquemos nuestro objetivo, después ayudamos a los demás.

¿Crees que el movimiento educacional debe pasar a ser un movimiento social?

Daniel Zamudio sigue con actividad cerebral y médicos descartan examen de apnea


El doctor Emilio Villalón informó que el joven continúa en extrema gravedad.


SANTIAGO.- El director de la ex Posta Central, Emilio Villalón, dijo este martes que el estado de riesgo vital del joven Daniel Zamudio (24) se mantiene "sin cambios desde ayer" e informó que, por ahora, fue descartado el examen de apnea, que decreta la muerte cerebral de una persona.

El facultativo explicó que el citado test no se realizará mientras el paciente respire en forma autónoma, ya que tal situación refleja que su tronco cerebral aún mantiene actividad.

Agregó, no obstante, que dicho estado podría cambiar o mantenerse, aunque ello no pueda ser determinado.

"Esto se evalúa cada 24 horas. Son procesos evolutivos que cambian entre 12 a 24 horas. Lo de ayer puede ser distinto a lo de hoy", señaló Villalón.

El jefe médico sostuvo que en la víspera el proceso para el examen de apnea había sido iniciado, sin embargo, los profesionales se percataron de que Zamudio presentaba respiración espontánea, por lo que determinaron no proceder.

"Él mantiene aún un control ventilatorio desde el tronco cerebral y, formalmente, desde el punto de vista del diagnóstico, no tiene muerte cerebral", explicó.

En tanto, el líder del Movimiento de Liberación Homosexual (Movilh), Rolando Jiménez, anunció que el próximo domingo 1 de abril se realizará una ceremonia ecuménica en respaldo a la Ley Antidiscriminación, que la agrupación ha solicitado que lleve el nombre de Daniel Zamudio.

"Esto demuestra que no todo el mundo católico, no todo el mundo religioso tiene vocación de discriminación (...) Es un gesto hermoso y consolida el sentido común mayoritario de rechazar la discriminación", sentenció.

Desigualdad


El tema de la desigualdad social ha sido recurrente durante los últimos cincuenta años y siempre se lo ha denunciado con estridencia, por lo que pareciera que nada se ha avanzado. Sin embargo ha gravitado fuertemente en la adopción de políticas económico-sociales. Por esto parecemos unos tontos de capirote (para no decir imbéciles), por incapaces de disminuir en algo el problema. De lo contrario tendríamos que concluir que se trata de un asunto "estructural", contra el cual nada se puede salvo intentar una revolución comunista, con millones de muertos y emparejamiento en la miseria, como se postuló durante aquellos años tan angelicales que antecedieron al setenta y tres, con el catastrófico resultado conocido.
Pero también puede reflejar un asunto de larguísima data en Chile: la morbosidad con que nos solazamos contemplando el vaso medio vacío, en vez de detectar las oportunidades que nos abre la visión del vaso medio lleno. No cabe duda que el espectáculo deprimente es funcional a la prosopopeya demagógica y a la tontería de los que siguen las modas sin detenerse a contemplar la realidad de las cosas. Considerar las complejidades y valorar las potencialidades de las personas descoloca a las ideologías.
Todo indica que por aquí va la consideración del problema de la desigualdad. En nuestro continente nos ubicamos entre los que mejor rendimos este examen: entreverados con Argentina, que siempre estuvo lejos a la cabeza (bien por nosotros, mal por los vecinos). No se nos mira con envidia, sino como un ejemplo de tarea bien hecha que imitar. No hace mucho que el diario Folha de Sao Paulo (23-7-2010) publicó un cuadro en el que Brasil aparecía en noveno lugar (¡qué malo!), pero con orgullo mostraba cuánto se había mejorado (el vaso medio lleno). En esa estadística no figuraba la destrozada Cuba, la otrora Perla del Caribe, que cuando triunfó la revolución comunista hace medio siglo, era el tercer país del continente en índices económico-sociales.
Las cifras mundiales ubican a nuestro continente muy bajo porque en África y en Asia se dan muchos casos de igualdad en la miseria. Por el contrario, los europeos figuran muy altos pero no tienen plata para pagar el asistencialismo de los subsidios. Pretender igualar a la fuerza es la receta de los declamadores depresivos que finalmente nada remedian, pero igual conducen al socialismo. Mirar el vaso medio lleno, en cambio, sana el espíritu y nos despliega oportunidades que sólo aparecen al considerar las realidades.

Adolfo Ibáñez 

Moral y moralismo


Los debates sobre el caso Atala o el llamado aborto terapéutico marcan la pauta acerca del tipo de dilemas que enfrenta nuestra sociedad. Hay que optar respecto de cuestiones sobre las que no existe una "verdad científica", ni tampoco una voz espiritual con la autoridad para prescribir el buen camino. Esto torna inescapable encarar un debate moral, esto es, una discusión acerca de las diferentes concepciones que en una sociedad pluralista hay de lo bueno, de lo justo, de lo recto y de lo bello. Aquí nace el problema.
Cuando hay que elegir entre "lo bueno" y "lo malo", no hay propiamente un dilema. Éste surge cuando hay que optar entre dos bienes morales incompatibles: por ejemplo, entre la libertad de la mujer a vivir libremente su opción sexual, o a elegir si prosigue con un embarazo inviable; o el deber del Estado de proteger una determinada noción de familia o una vida potencial. Los argumentos a favor de una u otra opción son igualmente concluyentes, y al mismo tiempo nadie es indiferente ni al dolor de la mujer ni a los deberes del Estado. Pero hay que escoger. Ante ello, cada uno defiende su opción de acuerdo con su concepto de "lo bueno", el cual se enraíza en creencias, tradiciones y sentimientos que difícilmente serán modificados por pruebas o raciocinios.
Los conflictos de orden moral han dado lugar a los más dolorosos conflictos de la humanidad. Esto ha sucedido porque la actitud "moralista" -para recoger la distinción de la filósofa pragmática Émilie Hache- se ha impuesto sobre la actitud "moral".
El comportamiento moralista es aquel que justifica la elección de un determinado bien sobre la base de que sería el único moralmente aceptable. Las demás opciones serían, por defecto, inmorales, o bien estarían en un escalón más bajo en una escala única de moralidad. Esto sitúa en el campo de la inmoralidad a quienes postulan otras opciones, lo que imposibilita cualquier diálogo y cualquier compromiso, pues no se hacen pactos con el mal o el pecado. De otra parte, vuelve imposible revisar la opción elegida, porque hacerlo implicaría cuestionar su moralidad o volver sobre las opciones concurrentes, que ya fueron arrojadas al basurero de la inmoralidad, lo que conduce a bloquearse ante cualquier nueva evidencia que pudiera ponerla en tela de juicio.
El comportamiento moral, en cambio, se abstiene de justificar sus decisiones sobre la base de juicios morales y se cuida de no lanzar a la hoguera de lo inmoral el bien descartado. Se obliga -como afirma bellamente Isabelle Stengers- a "sentir la tragedia" ante el hecho de que no todos los bienes morales pueden alcanzarse al mismo tiempo, y generalmente hay que optar entre ellos. Hace propio el duelo por el bien moral postergado y lo guarda sagradamente en la memoria, pues en el futuro las circunstancias podrían conducir a revisar el camino elegido y volver sobre el bien que fuera relegado. No rehúye el compromiso, sino, al contrario, lo toma como una obligación, pues lo moral no es juzgar el mundo desde principios que están por encima de la experiencia, sino tratar de comprenderlo para entenderse con aquellos que lo miran desde una escala moral diferente.
Hemos llegado a un punto en el que los dilemas han huido del confortable dominio de las "políticas públicas" y del campo de los expertos, para adoptar crudamente su dimensión moral, ante la cual todos nos sentimos autorizados a emitir nuestra opinión. Ante tales dilemas no hay más alternativa que alcanzar arreglos provisorios, compuestos a partir de las posiciones de los diferentes actores involucrados en la controversia. Esto sólo se puede conseguir si evitamos el moralismo, que conduce ineludiblemente a la descalificación de nuestros contradictores y, en el límite, a la violencia.


Jacqueline Vera relató la inmensa tristeza que viven como familia y la impotencia que siente al no poder hacer nada para que su hijo se recupere. "¡Cómo haber detenido el tiempo para defenderlo!", dijo.

"Soñé que le pasaba algo, no imaginé que me estaba avisando"


SANTIAGO.- Jacqueline Vera, la madre del joven Daniel Zamudio quien se debate entre la vida y la muerte tras haber sido brutalmente golpeado por presuntos neonazis, comentó al matinal Bienvenidos la triste situación que vive la familia en espera del desenlace que será el fallecimiento del joven de 24 años.

La mujer relató que cuando logró encontrar a su hijo en la Posta Central, ya que permaneció desaparecido un par de días, cuando las enfermeras dejaron que lo viera y reconociera para ella fue uno de los episodios más duros de su vida. "Fue terrible, era una masa, estaba desfigurado, quemado, marcado", señaló.

Asimismo, comentó que la noche en que ocurrió la brutal golpiza "soñé que a mi hijo le pasaba algo" y que "nunca me imaginé que me estaba avisando (...) ¡Cómo haber detenido el tiempo para estar al lado de él y defenderlo!", sollozó.

Reconoció tener mucha rabia por lo ocurrido y alegó justicia para Daniel. "Tengo mucha impotencia de ver a mi hijo que agoniza, me da rabia, rabia con esta justicia que no hace nada. Uno trata de no hablar, de no pensar que se va a morir, pero hay que pensarlo qué ropa le vamos a poner y eso, es doloroso, ya le corté el pelo como a él le gustaba", confidenció.

Sobre los cuatro jóvenes que están imputados del homicidio calificado frustrado de su hijo, Vera señaló que nadie de su familia se ha acercado a ellos para ofrecerles una disculpa si quiera.

"Ellos están en la cárcel con comida, cama y mi hijo agonizando. Más encima nosotros mismos somos los que estamos pagando para eso", dijo.

Finalmente dijo que a veces "pienso que ojalá sea un sueño y ver a mi hijo que está abrazándome".

Junto a su esposo, Iván Zamudio, agradecieron las muestras de afecto que han recibido todos estos días. "Tú te das cuenta, estamos fortalecidos gracias al cariño", dijo el padre del joven agredido.