SANTIAGO.- "Todos somos hijos e hijas de un
mismo Padre que nos ama. Nadie puede ser agredido, denostado o excluido por su
raza, sexo, edad, condición o creencias. El ataque que causó la muerte a este
joven, como tantas otras expresiones de violencia contra personas, no puede
dejar indiferente a nuestra sociedad".
Con estas palabras el presidente de la
Conferencia Episcopal, monseñor Ricardo Ezzati, manifestó las condolencias de
la Iglesia Católica a la familia de Daniel Zamudio, quien falleció ayer luego
de 20 días de agonía tras haber sido víctima de una brutal golpiza homofóbica.
"La partida de Daniel se produce en
circunstancias tan dolorosas y repudiables, como es la denigración de la
persona humana que se traduce en intolerancia, agresión y violencia, base sobre
las cuales no se puede construir el futuro de la comunidad humana".
Junto con ello dijo que "esperamos que en
la investigación de este crimen se establezca claramente la verdad y se haga
justicia" y a los familiares de Zamudio, el arzobispo reiteró
"nuestra cercanía y les animamos en la esperanza, que se funda en
Jesucristo, que es la resurrección y la vida".
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